Continuamos el recorrido por el que transitan voces emergentes y creadores establecidos,
donde el público es siempre el protagonista.
Un sábado en el que pudieron tener un reencuentro con Zulueta en la gran pantalla a través de
ese 'El último arrebato, que han filmado Marta Medina y Enrique López Lavigne, todo un
homenaje al séptimo arte de parte de dos fervientes cinéfilos y admiradores, adentrarnos en
los olivares jiennenses para contemplar la transformación y el legado que atestigua Fany de la
Chica en su documental o latir al ritmo de Novia Pagana, la compositora experimental Elena
Córdoba.
RONDALLAS. DARLE CUERDA A LA TERNURA
El viaje empezó cuando Manuel Campo, su productor, le enseñó un vídeo que se había hecho
viral de YouTube en el que una rondalla interpretaba el 'Thunderstruck' de AC/DC. Empezó a
ir a los ensayos, y quedó abrumado por la sensación de comunidad que transmitían esos
aficionados a la música de todas la edades posibles. Esa experiencia se saldó con el regreso a la gran pantalla de Daniel Sánchez-Arévalo. En esta película, que no partitura, la más larga que ha dirigido hasta la fecha, que a pesar del título y siendo la música elemento vertebrador no trata sobre músicos, el cineasta vuelve a explorar los desacordes de los lazos familiares y afectivos. Y sigue sin desentonar en su relato.
Esta vez, combina la luminosidad con el trauma que asola a todo un pueblo a través de una
historia coral que utiliza la metáfora de la rondalla como símbolo de aquellos que aunque
desafinen, siguen en esa búsqueda por recuperar la armonía perdida. Después de sus dos
últimos proyectos con Netflix necesitaba volver a las salas: “En esta película he vuelto a
sentirme director y a disfrutar de un rodaje”.
Sigue en su intento de provocar en los demás lo que le gusta presenciar en el cine: reír y llorar
a moco tendido. “De adolescente estaba muy perdido. La escritura fue lo que me ayudó a
sanar esa ansiedad. Con mi cine busco eso, ayudar a otras personas a que se sientan mejor”.
En su reparto, cien por cien gallego, encontramos a Javier Gutiérrez, María Vázquez, Tamar
Novas… “Yo, que soy de películas íntimas, me enfrenté a tres semanas con rondalleiros. Fue
todo un reto”.
El timbre de su cine no pierde la nota. Y mucho menos la melodía. Hizo bien siguiendo el
consejo que le dio Félez, “preserva tu voz”.
EL MALS NOMS. EL PESO DEL NOMBRE IMPUESTO
Cada cuerpo es una película distinta. Esa afirmación es tan verdadera como que la
intersexualidad es una realidad biológica diversa, no una excepción.
La reconstrucción de la vida de Florencio Pla Meseguer, cuyo apodo era 'La Pastora', quien
gran parte de su vida inscrita como mujer y luchó por ser reconocida como hombre en una
España rural de mediados del siglo XX es la historia de una lucha para dar la razón a la
naturaleza y encajar cuando tu versión del guion es distinta.
Que fueran tres actores los que interpretan al protagonista en diferentes etapas de su vida fue
una decisión consciente para reflejar la relación de los diferentes nombres que recibió con las
distintas identidades que habitó. Ojalá también lo fuera aprender a mirar sin etiquetas.
La abuela de Marc Ortiz fue modista de la época y quien le legó la historia que fue
completando a través de testimonios orales. ”Quería retratar lo pioliédrico, y, como soy
historiador, hilvanar a partir de los hechos. Había un baúl donde estaban los últimos vestidos
de Teresa pero la señora que lo tenía no quería hablar del tema. Igual que sucedía eso,
también otras personas estaban deseando explicar anécdotas con total naturalidad”.
Un acto de justicia reparativo para desmitificar monstruosidades.
PENDARIPEN. THAJIPEN.
Lo peor no es el odio. Es el olvido.
'Pendaripen' significa historia en lengua romaní. También es el título de la historia silenciada
del pueblo gitano que ha dirigido Alfonso Sánchez, tras más de dos años de un proceso de
documentación que incluyó visitas a asociaciones y colectivos.
El documental se presenta en la capital de Andalucía, donde tantos asentamientos hubo, y
traza a través del rescate y la reparación, seis siglos de historia del pueblo gitano en España.
Una travesía marcada por la persecución, la exclusión y el peso del estigma, pero también por la resistencia, la creatividad y la profunda influencia que esta comunidad ha ejercido en la identidad cultural del país.
A través de las voces de antropólogos, activistas, artistas y miembros del pueblo gitano, la
película, que comenzó a grabarse en una fecha tan significativa como el 8 de abril, Día del
Pueblo Gitano, busca devolver la palabra a quienes durante siglos fueron silenciados.
Entre los testimonios que acompañan a la voz en off de Lolita Flores, que recalca cómo el
pueblo gitano está regido por un innegable símbolo matriarcal (¿cómo nos las maravillaríamos
sin ellas?) destacan la cantaora Esperanza Fernández, la abogada Pastora Filigrana o el cantaor
Vicente Soto 'Sordera', nombres que aportan distintas perspectivas sobre una misma
memoria compartida.
Uno de los hallazgos más relevantes del equipo fue localizar el decreto exacto de la llamada
Gran Redada contra los gitanos (1749), y el comprobar in situ el trauma y desconfianza ante la
sociedad mayoritaria: “Cada día, con cada entrevista, notaba más su confianza en mí, eso fue
maravilloso”.
El proyecto, además, ha contado con la participación activa de profesionales gitanos en el
equipo técnico, una decisión que comulga y refuerza su compromiso con la autenticidad y la
representación desde dentro. Si algo tenía claro Alfonso Sánchez es que no quería un
documental sobre los gitanos, sino con los gitanos, con un espíritu de respeto extensible
también al modo de producción.
En las más de cien horas de entrevistas filmadas, se habló en caló, con la premisa de no usar
subtítulos para que el espectador sea capaz de entender el peso de no entender. En enfoque
educativo también queda palpable con la cesión a centros educativos del material extra de
este documental, que evita a toda costa los estereotipos. Una de las preguntas clásicas de Broncano a los invitados era “¿te consideras más machista o más racista?”. ¿Y tú qué contestarías después de ver el documental?
Y que suene Papusza entre ramos de mimosas…
LUIS GORDILLO. UNIVERSO CREATIVO ININTERRUMPIDO
Sema D’Acosta y Antonio García Jiménez dan línea y forma a este documental que acompaña
durante casi tres años la vida y la creación de Luis Gordillo, figura esencial de la pintura
sevillana y del arte contemporáneo español: “Presentarlo aquí es hacerlo en el marco más
adecuado. Así cerramos el círculo”.
La película o “ensayo visual con una textura visual muy cuidada”, como ellos lo definen, se
adentra en su universo creativo, mostrando luces y sombras, la preparación de sus
exposiciones y el diálogo con las nuevas generaciones artísticas.
Sema, que da clases de cine desde hace dos décadas en el Néstor Almendros, salta del
comisariado a la dirección con este memorándum. “Ha sido una gran experiencia. Veo mucho
mejor al mundo del cine que al del arte”. A través de esa observación cercana, trazan un lienzo entre la obra de Gordillo, captando la energía del espacio y el disfrute pictórico. Más que un retrato biográfico, se convierte en una invitación a redescubrir su obra desde dentro, explorando las intuiciones conforman su
singular lenguaje plástico.
“Es una persona muy peculiar, aunque parezca serio. Será por la mezcolanza de padre
vallisoletano y madre de la cava trianera. Se le nota muy cómodo y ha sido muy generoso.
Cuenta qué cree que ha hecho bien y qué no”.
Gordillo impuso una condición: nada de entrevistas preparadas para este acta audiovisual.
Quiso que el documental reflejase el proceso de su pintura, ésa que, el que decidió que sería
pintor antes que pianista porque exigía menos dedicación, crea mientras escucha jazz y
electrónica. La valiosa presencia de su esposa Pilar, su mayor ídem, es de vital importancia. Sin una
persona al lado que sepa entender la gama cromática que posee la vida, muchos artistas no
existirían.
