En la Borgoña de mediados del XIX, dos jóvenes hermanas se hacen pasar por hombres  en una balsa maderera para arribar a París. Más que un estetizado film de época, es la cruda puesta en escena del desgaste de los cuerpos precarizados y enfrentados a la dureza del largo trayecto de los flotteurs. Relato de emancipación y transformación, compitió en los Pardi de Domani de Locarno, territorio para la experimentación expresiva más sugerente.