Sueños flamencos fue el nombre del debut del Ballet Cristina Hoyos en París, en 1989, y es ahora el título del documental con el que podremos conocer la vida y obra de esta gran artista. Este largometraje, que compite este año en el Festival de Sevilla en la sección Panorama Andaluz, se construye a partir de imágenes personales y abundante material inédito, y repasa su vida y trayectoria: sus logros, sus experiencias internacionales y su fidelidad constante al compás y al sur.
Este film de no ficción llega bajo la dirección de Juanma Suárez, ya conocido por su trabajo en otros como Manolo Sanlúcar, el legado, que obtuvo el Premio Imagenera 2019 y que consolidó su interés por retratar a grandes figuras del flamenco y las artes escénicas de manera cercana y manteniendo una cuidada investigación con un uso magistral de archivos inéditos.
¿Cómo surge la idea o la motivación para llevar a cabo este documental?
Cristina Hoyos es una figura imprescindible para entender el baile flamenco contemporáneo y su proyección internacional, pero también es una artista con una historia humana muy potente de perseverancia y sueños cumplidos. Me interesaba mucho explorar cómo seguían habitando esos recuerdos de toda una vida en Cristina y qué emociones seguían produciendo.
¿Cómo ha sido trabajar con ella?
Trabajar con Cristina ha sido un privilegio. Es una mujer muy generosa, con una tremenda claridad a la hora de hablar de su vida y su obra. Tiene un sentido del humor maravilloso y, al mismo tiempo, una candidez encantadora. Su profesionalidad facilita todo, sigue siendo tremendamente comprometida y disciplinada.
Las imágenes de archivo tienen un peso muy importante en el montaje de este documental, ¿por qué se tomó esta decisión?
Cristina forma parte de la historia viva del flamenco y de la cultura audiovisual española. Ha protagonizado momentos icónicos: desde su trabajo con Antonio Gades hasta su presencia en el cine junto a Carlos Saura, pasando por sus actuaciones en televisión y en escenarios de medio mundo. Aprovechar esos archivos era obligado pero lo que me resultó si cabe mucho más interesante fue el poder mostrar imágenes de su archivo personal. Momentos íntimos y cercanos que acercan al espectador a facetas más desconocidas de su vida.
¿Tenías claro desde el principio el rumbo que tendría el proyecto o se ha ido construyendo durante la producción?
Había una estructura de partida, pero el documental se fue enriqueciendo a medida que avanzamos. La recuperación de archivos inéditos y la mirada de algunas personas cercanas fueron aportando capas nuevas. El proceso de construcción de un documental es muy orgánico y siempre en constante cambio casi hasta el mismo día del estreno.
Esta es tu segunda película sobre una figura relevante del flamenco, ¿cuál es el motivo?, ¿qué significa el flamenco para ti
Para mí es un territorio emocional y cultural muy profundo. Crecí rodeado de él, forma parte de mi identidad y de la memoria colectiva de Andalucía. Pero tanto en la figura de Manolo Sanlúcar como en la de Cristina Hoyos encuentro algo que trasciende lo musical o lo coreográfico: una forma de estar en el mundo, de vivir aferrado a sus sueños, a sus valores, a la razón que da sentido a su existencia. No son sólo documentales de flamenco, son documentales sobre personas únicas tocadas por la magia del talento.
¿Qué lectura te gustaría que hiciera el público no familiarizado con el flamenco de esta obra?
Me gustaría que percibieran a Cristina como una artista total, más allá de etiquetas. Que entendieran que el flamenco no es solo un género artístico, sino una forma de expresión profundamente humana. El documental intenta mostrar su rigor, su sensibilidad, su compromiso con la cultura y su capacidad para conectar con cualquier espectador. Si alguien ajeno al flamenco sale con la sensación de haber conocido a una mujer extraordinaria y un arte que va mucho más allá de los tópicos, habrá merecido la pena.
Laura Liñán Jaén
