Las calles de la periferia parisina, donde los muros cuentan historias de inmigración, es el hábitat de Fatima, la hija menor de apenas 17 años de una familia franco‑argelina. Hafsia Herzi, directora y guionista, ha hecho esta adaptación de la novela que tanta repercusión ha tenido en Francia. Aborda la homosexualidad femenina en guetos. La película se sumerge en choques de mundos y deseos, enfrentándola a qué sucede cuando los diferentes factores de un individuo son incompatibles. La tradición familiar frente a la libertad personal, la fe musulmana frente a la tentación de nuevas formas de ser o la seguridad de la banlieue frente a la incertidumbre del universo que se abre con la universidad.
La actriz Nadia Melliti ha conseguido con su interpretación no sólo conmover. Se llevó el premio a Mejor Interpretación en Cannes. “Yo estudio deporte en la Universidad, y probar como actriz me resultó fantástico. Se ha convertido en toda una pasión para mí. Me leí el libro y me encantó. Hay mucha espiritualidad y poesía. Percibí un personaje solitario”.
Michelle Pfeiffer y Demi Moore rechazaron el papel de Vivian en 'Pretty Woman'. Gwyneth Paltrow no quiso protagonizar el hundimiento del 'Titanic'. Concha Velasco dio largas a Almodóvar cuando el manchego le propuso el papel que bordó Carmen Maura en 'Qué he hecho yo para merecer esto'. Muchas actrices se negaron a aceptar ser Fatima. Nadia no. “Me gustan los retos. La religión, el Islam, la fe… Son temas complejos y tabúes en Francia. No he visto ninguna película que reflejara esta temática. Me impulsó la curiosidad y que pudiera molestar. Mi experiencia en el deporte me ha ayudado también en el campo de la actuación, porque tienes que visualizar un ejercicio antes de hacerlo. No quería decepcionar a nadie, y eso me llevó a superarme. Hafsia también es actriz, y eso la ayuda a dirigir mejor si cabe a los actores”.
Es un cine que explora la identidad múltiple, la herencia cultural y los dilemas generacionales, recordando que, aunque la vida no siempre da segundas oportunidades, el cine siempre ofrece lecciones. “La película es como un bizcocho, cada uno del equipo aporta su propio ingrediente para que salga algo muy bueno”.
Y así dejamos a la protagonista, caminando entre límites y posibilidades.
Texto de © Beatriz Rodríguez Ruiz
