Karen

DESASTRES DOMÉSTICOS Y LUZ INTERGENERACIONAL

Christina Rosenvinge vuelve al cine para dar vida a la autora de Memorias de África en la película Karen, de María Pérez Sanz, estreno mundial a concurso en la Sección Oficial

Las actrices Petra Martínez y Anna Castillo encarnan a dos mujeres que emigran y mantienen una amistad intergeneracional en La vida era eso, primer largometraje de David Martín de los Santos

Se dan cita en la Sección Oficial dos títulos de producción española que tratan procesos de cambio y toma de conciencia de personajes femeninos. En estreno mundial se proyecta Karen, en la que Christina Rosenvinge da vida a la célebre escritora que firmaba como Isak Dinesen y que pertenece al imaginario colectivo gracias a Memorias de África, su libro de 1937 y, sobre todo, la película de 1985. La directora María Pérez Sanz (Cáceres, 1984) admite que, también para ella, Karen Blixen tenía el rostro de Meryl Streep, “pero ahora tiene el de Christina”.

El proyecto, que dedica una mirada íntima a los últimos días en Kenia de Blixen-Dinesen, no empezó con esa idea. “Al principio estaba interesada en llevar una historia de colonos en África al paisaje extremeño”, ha comentado Pérez Sanz. “Fue cuando empecé a juguetear con esa idea cuando, de pronto, se me apareció muy nítida la figura de Karen Blixen”. Por eso la película se desarrolla en “una especie de no tiempo y no lugar. El guion se inspira en algo real, como una anécdota o una carta, y las escenas están tratadas como si fueran parábolas o viñetas. No me interesaba el background de la narración, sino esos pequeños momentos cotidianos que parten de la historia real”.

Christina Rosenvinge ha contado que entró en el proyecto para hacer la música, pero finalmente acabó convencida por la directora extremeña para convertirse en su protagonista: “Ella podía ser y no parecer, esa cosa tan bressoniana, pero además su universo tiene conexiones con el de Dinesen. Yo quería filmar a Christina y que de su boca brotasen las palabras de Karen. Me interesaba el misterio de ellas dos, tanto en la ficción como en la vida real, no la interpretación psicológica de los personajes”.

El film se centra en el retrato de su vida cotidiana, donde su criado somalí Farah Aden era el centro. Pérez Sanz ha explicado que el libro de Dinesen que le inspiró realmente fue Sombras en la hierba, publicado poco antes de su muerte. “Ahí cuenta que, cuando echa la vista atrás sobre aquella época en África, es consciente de que no hay un personaje más interesante que el de Farah. Yo opino lo mismo, y además es una historia que no se había contado antes”.

Rosenvinge coincide en que ahí está la clave de del film, en mostrar “el desastre doméstico sin idealizarlo, sin épica ni jirafas. Es ahí donde suceden las cosas importantes de verdad. La película tiene una enseñanza universal: cómo de un fracaso, de la ruptura de un sueño, surge o te encuentras con tu verdadero sentido. Es algo que trasciende la propia carrera de Dinesen; es una de las escritoras más importantes del siglo XX y no empieza a escribir hasta que su proyecto de vida fracasa completamente”.

 

No existe el relevo generacional
La vida era eso

 

Coincide en Sección Oficial La vida era eso, primer largometraje de David Martín de los Santos. En él, el cineasta plasma la amistad entre dos mujeres de distintas generaciones que representan, además, los éxodos llevados a cabo por españoles en busca de un futuro mejor. El relato se abre con un encuentro en una habitación de hospital. “La principal inspiración fue mi madre, nacida en posguerra, a la que diagnosticaron una enfermedad terminal”, ha explicado el director. “Fue en ese proceso de duelo en el que me planteé quiénes habían sido mis padres, qué contexto social habían vivido y cómo eso me había afectado”.

Así surgió esta historia que pone en pantalla la relación que se establece entre una mujer mayor, de moral católica y franquista, y una chica joven de la llamada modernidad líquida, definida por el influyente sociólogo Zygmunt Bauman. La primera está interpretada por Petra Martínez (Petra, La soledad), que ha destacado el guion “maravilloso” de Martín de los Santos, “en la línea de ese cine que, a la hora de la verdad, cuenta mucho pero sin un desarrollo narrativo espectacular”. A la experimentada actriz también le atrajo de esta película el hecho de que “estaba protagonizada por una señora mayor que emprendía un cambio no tan exterior ni estético como íntimo y muy particular”.

Anna Castillo (Adú, Viaje al cuarto de una madre) le da réplica poniéndose en la piel de una joven que salió del país debido a la crisis económica de 2008. “Me emocionaba mucho Verónica, mi personaje, porque para mí no es un arquetipo o una metáfora, sino una tía a la que podría conocer, cercana y terrenal, para la que no existe el relevo generacional”. En este sentido, para la joven actriz, Verónica “es un personaje político aun no siendo consciente de ello. De hecho, lo más bonito a nivel interpretativo es cómo la película plantea un cruce de caminos en cuanto a la energía de los personajes, que de alguna forma intercambian sus papeles”.

Después de cosechar múltiples premios con sus tres anteriores cortometrajes de ficción, el director madrileño David Martín de los Santos entrega una película emocionante que “no pretende dar lecciones de vida, pero es muy luminosa” en su tratamiento de tabúes sociales como la enfermedad y la muerte. Un debut con personalidad y ambición, para el que se ha inspirado en películas como Función de noche, de Josefina Molina.