La cineasta Carmen Tortosa (formada con el maestro portugués Pedro Costa) es una de tantas personas que, paseando por la Plaza Nueva de Granada, se tropiezan con una curiosa escena: la que cada semana, al caer el sol, reúne a un grupo de personas que dan vida al espacio urbano a base de bailarlo. De su asistencia asidua al evento surgió este documental, en el que sigue a esa variopinta comunidad danzante (entre los 50 y tantos, y los 80 y pocos años) que comparte un lenguaje físico, radiante y vibrante. De igual modo, el estilo intimista del film, en formato 4:3, plasma la sensorialidad de los gestos y el dinamismo del vuelo corporal al aire libre. También la singularidad de las historias personales, que llevan a la cámara a franquear espacios no tan públicos. Una obra vibrante y alentadora, contagiada de ese vitalismo que siempre llega puntual a su cita.