No le hicieron falta sus apellidos para alcanzar la cumbre del éxito: Antonio El Bailarín se ganó el apodo en la calle, con 4 años; con 8 ya mostraba su arte a la realeza; con 16 hizo las Américas por primera vez, y empezó a conquistar escenarios de medio mundo. Este documental retrata a quien mejoró la cara internacional de un país que mayormente proyectaba dictadura: actuó en películas de Hollywood, tuvo fans de la talla de Chaplin o Maria Callas, recibió la Medalla de Oro de prestigiosas instituciones de danza, impulsó y dirigió el Ballet Nacional. Su intenso carácter también lo llevó a una escandalosa vida social, incluyendo la cárcel por blasfemia, antes de caer en el olvido. Con la aportación de valiosos testimonios (Aída Gómez, Nacho Duato, Antonio Canales, Cristina Heeren...), este film restituye su buen nombre: el de una enorme figura que llevó el baile por bandera.