Alberto Rodríguez

ALBERTO RODRÍGUEZ, GRATITUD ANTE UN CREADOR QUE PONE A SU EQUIPO EN PRIMER PLANO

"Para hacer el juego de las 7 vírgenes, hay que poner dos velas frente a un espejo y mirarse
fijamente en él durante 60 segundos… Dicen que en ese momento tu reflejo te habla y te dice
tu futuro". Si Alberto Rodríguez lo hubiera hecho en el set de rodaje, hubiera sido inevitable
que apareciera el Giraldillo de Honor que le estaba aguardando. Daba igual el encuadre. Era
más que previsto su nombre y el de la familia del séptimo arte que le arropa desde los inicios.
Entre otras cosas, por saber mirar los márgenes de una Andalucía que es más que un tópico.
Por ser un embajador capaz de instalar a Sevilla en el mapa europeo en una época en la que el
cielo pertenecía a unos pocos.

El Festival abre su telón y el primer foco apunta hacia él. “Me tomo este galardón como un
premio a toda una generación. Se está personificando en mí, me siento tan bien tratado que
incluso me parece desproporcionado, pero lo recibo con mucho cariño, porque en el fondo es
para un colectivo de cineastas, directores, directores de fotografía, maquillaje, vestuario,
peluquería… que empezamos a hacer cine en los noventa y en un panorama bastante
desolador. No existía este festival, no existía casi ninguna productora. Desde el primer
trimestre en la facultad, ya rodábamos cortos Paco, Rosa… Teníamos un rótulo inicial que
decía “estos cortos no están subvencionados por la Junta de Andalucía”. Era una manera de
manifestar que queríamos hacer cine por encima de lo que fuese. Y creo que elegimos uno de
los peores escenarios posibles para empezar en aquel momento. A pesar de ello, ese equipo
siguió avanzando y consolidándose. Aprendí mucho así. Y con la Generación Cinexin. Aquello
era una especie de magma. Gente con muchas ganas, mucha unión y muy poco dinero. Tengo
la suerte de que, además de ser mis amigos, son profesionales de mucha calidad”.

Hoy, un cuarto de siglo después, celebramos ese origen donde se intuían las claquetas que
quedaban por sonar, aunque él sintiera que estaban fuera de campo. Luz. Cámara. Pero
faltaba acción. Corría el año 99 cuando codirige el corto 'Bancos' con Santi Amodeo. “Éramos
unos osados. En el formato en el que fuera, si había la posibilidad de hacer algo, lo hacíamos.”

Fue con él con el que debutó en el largometraje al año siguiente con 'El factor Pilgrim', una
cinta de bajo presupuesto que se realizó con escasos medios y obtuvo la Mención Especial en
el Festival de San Sebastián. La vocación empezaba a dejar huella. El montaje de una
trayectoria al alcance de pocos también. “Un día rodábamos dos horas y otro dieciséis. Todo
era por amor al arte. Con Santi compartía la idea de no querer hace un cine ortodoxo ni
convencional. Desde entonces he perseguido esa coherencia de intentar buscar junto a mi
equipo una voz propia. Él venía del teatro, así que nos retroalimentamos. De él aprendí mucho
sobre actores y él de mí supongo que sobre la cámara”.

Rueda de prensa de Alberto Rodríguez

 

Necesitaba más metraje para contar, y el trasfondo social continuó en 2002 con 'El Traje'. A
pesar de la dificultad para levantar proyectos, saltó a primera línea con “7 Vírgenes”,
ambientado en barrios marginales de Sevilla, que supuso la Concha de Plata para Juan José
Ballesta y el nacimiento interpretativo de Jesús Carroza, a quien brindó su primera gran
oportunidad. Ganó el Goya con 15 años como mejor actor revelación. “Lo que prima en un
buen actor es la voluntad de querer contar, querer escuchar, y también la intuición. Jesús
Carroza es el actor más intuitivo que he conocido nunca. Y uno de los mejores. Siempre que
hay una propuesta, igual no acierta a la primera, pero está extremadamente cerca de la
diana”.

Sostiene que el texto contiene todas las respuestas, y que escuchar es el único modo de
hallarlas. “La solución viene siempre de donde menos te lo esperas. Durante el proceso de la
película, recogemos material de una manera exhaustiva. Con '7 Vírgenes' volvimos a leer Peter
Pan, porque creíamos que casaba mucho con la historia. De hecho, el protagonista va con una
camiseta verde, hay una especie de Hook al que le falta un brazo, hasta una Wendy y un
diálogo que habla de querer saltar por la ventana”.

A pesar de él sentirse agradecido por estar en una situación privilegiada, es consciente de que
no se puede bajar la guardia porque el sector necesita de más ayudas. Sin financiación, ni el
mejor guion llega a rodarse. Ojalá los políticos dejen de parpadear y asuman que la cultura no
puede seguir siendo el extra silencioso del presupuesto. Más tomas. De consideración con la
industria.

Especialmente conmovedor fue el homenaje a José Antonio Félez, presencia constante nunca
fundida a negro. “Él confió en nosotros, nos dio el empujón que necesitábamos. Sin él, no
estaríamos aquí ni yo ni vosotros. Es a él a quien le debemos nuestra carrera”. También se
iniciaron con Félez Achero Mañas o Daniel Sánchez- Arévalo, presente en esta edición del
Festival. “Es fantástico rememorar su talento con el buen ojo”.

Tras su proyecto más personal, ese retrato generacional que es 'After', la madurez y el
reconocimiento avanzaron como el más rápido de los travelling en 2012 con 'Grupo 7', thriller
policial ambientado en la Sevilla previa a la Expo ’92. Y, tras la relevancia de esa gran película
que a punto estuvo de titularse 'Zona Caliente', llegó la consagración con esa atmósfera de
'La Isla Mínima' llena de fango que le valió diez Premios Goya, “nacida de una exposición
fotográfica”.

 

SUSCITAR PREGUNTAS

“No soy quién para decir si mi cine ha ayudado a otras personas a encontrar un camino. Lo que
sí creo es que todo el cine tiene un contenido social y político. Lo que intento es un equilibrio
entre el thriller y el poder introducir algo más que suscite preguntas. No sigo pasos
predeterminados. Me gusta que la historia tire de mí cuando empiezo con ella. Para mí es importantísimo creer en la historia que estoy contando. Mi única brújula es lo que me gustaría
ver a mí en una pantalla. Eso es lo que me ha guiado siempre”. 

No eran los créditos finales ni por asomo. Dejó atrás las Marismas para seguir creando
fotogramas llenas de contraluces como son 'El Hombre de las Mil Caras' y 'Modelo 77' junto a
su guionista habitual, Rafael Cobos, y su excepcional núcleo duro, un equipo técnico fiel
compuesto por nombres como el de Álex Catalán (“aquel con el que compartía piso y junto a
quien soñaba con hacer cine”) y su fotografía naturalista, que favorece un sello autoral
identificable, a la que vez que representan un modelo de cómo es posible construir una carrera
sin necesidad del abandono de lo local ni de la familia de rodaje, significando la importancia
del entorno. “Cada reencuentro con ellos en un nuevo proyecto supone que vuelvan con una
versión mejorada de lo que ya eran. Y siempre trabajan en pro de favorecer la historia que
vamos a contar. Nunca sabemos de dónde va salir la primera chispa. Llevo casi veintidós años
con Rafa Cobos. Nos complementamos a la perfección, hasta tal punto que hacemos de pared
el uno con el otro. Yo adopto a veces el papel de goma de borrar”.

Cualquier voz en off contaría en este preciso momento que se encuentra en un momento de
plenitud. Tras rodar para Movistar en 2018 la ambiciosa serie 'La Peste', donde supo trasladar
su estilo al formato televisivo recreando a la Sevilla de Oro con más de cien localizaciones
diferentes impregnadas de mugre, vuelve a la plataforma el próximo 20 de noviembre con
'Anatomía de un instante', basada en la novela homónima de Javier Cercas, cuyos primeros
capítulos se proyectarán en el Festival. La historia se articula en torno a los tres protagonistas
que se mantuvieron en pie durante el asalto al Congreso encabezado por Tejero: Adolfo
Suárez, encarnado por Álvaro Morte; Santiago Carrillo, interpretado por Eduard Fernández; y
Manuel Gutiérrez Mellado, al que da vida Manolo Solo. Hay que recordar que también fue uno
de los que interpeló al relato humano en ese proyecto colectivo que fue El Apagón , dirigiendo
el episodio 'Negación', escrito por Isabel Peña, guionista aliada de Sorogoyen. “El estilo de 'Anatomía de
un instante' es muy cinematográfico. El problema al rodar series es que es
insostenible fijar la atención y la tensión durante tanto tiempo. Acabas agotadísimo. Dicho lo
cual, me parece que 'Anatomía de un instante' es el mejor guion que ha escrito Rafa Cobos
hasta la fecha y la adaptación más lograda”.

Fotogramas de Los Tigres

Luce en cartelera (y en taquilla) 'Los Tigres', reflexión sobre la responsabilidad moral, la duda,
la redención y la culpa protagonizada por Antonio de la Torre y Bárbara Lennie, que se ponen
en la piel de Antonio y Estrella, dos hermanos ligados al entorno marítimo, volviendo a
predicar con el ejemplo de hacer un cine que piense y emocione, que hable de nosotros sin dar
lecciones. El rodaje supuso semanas de inmersión subacuática con el objeto de recrear el
mundo del buceo industrial, descrito en la película como el segundo trabajo más peligroso del
mundo, dando visibilidad a un entorno laboral de riesgo. “Antonio de la Torre es una auténtica
fuerza de la naturaleza. Si estuviera hoy aquí, no habríamos intervenido todavía. Hace las cosas
con el corazón, hasta tal punto de llegar a medirse. En 'Los Tigres' pensamos en él desde el
primer momento. Necesitábamos a un cómplice con esa fuerza”.

No sólo provoca expectación en las salas. Mañana, en el CICUS, a las 12h, tendrá lugar un
encuentro con el director, moderado por Pedro Álvarez, uno de los responsables junto a Luis
Álvarez Borrero del más que recomendado libro 'Alberto Rodríguez. Director de cine'. Premio
ASECAN al Mejor Libro de Cine, en sus páginas se encuentran testimonios de algunos
participantes que le acompañarán este sábado, como Gervasio Iglesias o el citado Rafael
Cobos, con quien forma una dupla imbatible, “a cuatro manos y con una conciencia
compartida”.

En la rueda de prensa también pasaron por escena 'Los Fundadores', ese proyecto de ciencia
ficción que se ha presentado como idea pero sigue a la espera de que se revele su nudo y
desenlace. “Es imposible escribir películas y no tener cadáveres en el armario. Seguimos como
en la primera película que rodamos. Arriesgando y resolviendo”.

Cuando Alberto recogió el Goya por 'La Isla Mínima' dijo: “Gracias por dejarme contar lo que
veo”. Hoy toca agradecerle ser un observador brillante que nunca se alejó.