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PALABRA DE PHILIBERT

 

PALABRA DE PHILIBERT

Con 'De chaque instant', Nicolas Philibert se reafirma como documentalista y retratista humano de referencia. El director de la inolvidable 'Ser y tener' reivindica el poder de la palabra en una película que muestra el aprendizaje de un grupo de jóvenes auxiliares sanitarios en el Institut de la Croix Saint-Simon, y que el #15FestivalSevilla presenta en su sección Las Nuevas Olas - No Ficción. "Para ser sincero, lo que más me importa no es el tema: se puede hacer un buen film sobre algo anodino, banal. La belleza de una película no se define por la importancia de la temática", avisa al principio de un encuentro con un reducido grupo de periodistas. "Es verdad que hay temas recurrentes en todos mis trabajos: el trabajo, la colectividad, y sobre todo la palabra, el escuchar... la comedia humana".

 

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Philibert se manifiesta un adicto a la sorpresa en sus rodajes: "No hago películas a partir de una idea, de una voluntad, de un querer decir, preexistente. Más bien voy construyendo poco a poco, sin saber a dónde me conducirá todo eso que me voy encontrando. En realidad, cuanto menos sé al principio sobre la temática en cuestión, más me motiva. Quiero mantener el apetito, la curiosidad que tengo al principio del rodaje. Hago películas a partir del no saber, de mi ignorancia, para aprender, para saber más".

Y... ¿qué ha aprendido de esos jóvenes estudiantes que, a tan temprana edad, deben formarse y potenciar valores como la humanidad, la generosidad o la paciencia? Dice Philibert: "Al principio, mi idea de los enfermeros partía de los estereotipos, de los clichés. Pero me he encontrado con una juventud comprometida, empática... y me pregunto por qué alguien quiere convertirse en enfermero sabiendo que es un trabajo mal pagado, con horarios inacabables y físicamente muy exigente..."

 

Esperanza en las nuevas generaciones

El director de 'De chaque instant' da dos respuestas: "Por un lado, puede motivarles que la de enfermero es una formación que muy probablemente te asegura un puesto de trabajo, un sueldo. Y eso es algo que no pasa con muchas otras carreras. Por el otro, hay estudiantes que encuentran una satisfacción personal enorme en la interacción humana, en la relación con el paciente, en el contacto con la fragilidad del prójimo... es algo muy fuerte, muy potente". Para el cineasta, es muy interesante "oír a estos jóvenes reflexionando sobre la dificultad de su oficio, y verles desarrollando la tan necesaria alteridad".

Como cineasta, rodar en una escuela de enfermería le ha servido para descubrir un paralelismo evidente entre la sanidad y el cine: "Cuando dirijo, es clave encontrar el punto de distancia justa con lo que se está filmando. Y pasa lo mismo entre los profesionales sanitarios y los pacientes, deben aprender a no ser intrusivos, a respetar su intimidad. De alguna manera, se crea un efecto espejo entre lo que se ve en 'De chaque instant' y mi propia personalidad como cineasta".

Después de películas como 'Ser y tener' o 'La maison de la radio', Nicolas Philibert ha ido purificando un estilo muy propio y personal, basado en la palabra. "En el cine que se hace hoy en día, la palabra está devaluada, y eso me enfada, porque es fundamental. No hace mucho estuve ingresado y tuve una buenísima experiencia como observador privilegiado: descubrí que hay enfermeros que se refugian en la técnica, para protegerse, y que tienen poca comunicación con el paciente. Otros hablan mucho más, crean un vínculo humano mayor, y yo creo que al final, el uso de las palabras es muy importante. En la sanidad, en la vida... y en el cine.

 

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