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Lech Kowalski retrata la lucha obrera

El cineasta Lech Kowalski ha compartido sus opiniones sobre la no-ficción contemporánea en un café con los asistentes al Festival de Sevilla.

El londinense Lech Kowalski presenta en la sección Nuevas Olas No Ficción su película ‘Blow it to bits’, en la que adopta la posición del cineasta testigo de un movimiento colectivo de resistencia, en este caso, el de unos obreros que luchan en la fábrica de Renault de la que han sido despedidos. Para Kowalski hay algo de clandestino en el rodaje de este tipo de protestas: “Existe un problema en la democracia, parece que no está permitido grabar estas discusiones”.

Para el director, la importancia del movimiento radica en la lucha conjunta, en la unión de los obreros contra el poder. “He intentado mostrar el apoyo de los protagonistas. No hay un solo líder, la importancia es del colectivo, aunque siga a los individuos durante la historia”, aclara el director.

Su historia nace del descontento, “del enfado”, como él mismo explica: “Es lo que me motiva para rodar”, añade. “Cuando me sumergí entre estos obreros, lo que más sentí fue su frustración, porque no tenían a quién acudir, después de trabajar en el mismo sitio durante 30 o 40 años, les echaban sin importarles nada”.

No obstante, Kowalski  no ahonda en la infelicidad, no victimiza a los trabajadores. “No quería llegar a casa de nadie para enseñar su miseria, no quería una visión pornográfica de la vida de esas personas”, explica. Sin embargo, no es esa la percepción más extendida, porque la mayoría de medios de comunicación en Francia tomaron otro enfoque: “Los medios siempre buscaban el sensacionalismo, meterse en las casas y mostrar a los trabajadores como simples obreros, en vez de tratarlos como seres humanos”. Según recuerda el director, “la historia estuvo en la televisión y el tratamiento fue horrible, a los medios no les interesa mostrar otra cosa porque están controlados por el poder”, sentencia tajantemente.

Kowalski, de padres polacos desplazados durante la Segunda Guerra Mundial, pero nacido en Londres, creció en los Estados Unidos. En secundaria empezó a filmar en super 8, en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, mientras trabajaba para mantenerse. Empezó en el cine como ayudante de Tom Reichmann, y también realizó dispares trabajos: desde films pornográficos a ser asistente de Shirley Clarke. A finales de los setenta se metió de lleno en la escena punk y realiza el film de culto ‘D.O.A’. (1981), sobre los Sex Pistols. Más adelante también retrató la escena hip hop en su corto ‘Breakdance Test’. Seguirían films como Gringo, sobre la escena artística y las drogas en el Lower East Side, y Rock Soup, sobre un comedor social. En 1991 realiza el film sobre el músico punk ‘Johnny Thunders Born to Lose (the last rock and roll movie)'. A finales de los 90 vuelve a Europa y realiza la trilogía polaca ‘The Fabulous Art of Surviving’. En los dos miles su cine se ha dividido entre el punk y las luchas sociales, realizando también varios proyectos experimentales y performativos, y cosechando un gran prestigio internacional. Sus últimos films son ‘Holy Field Holy War’ (SEFF 2013), ‘I Pay for Your Story’ (2017) y ‘Blow it to Bits’, que se estrenó en la Quincena de Realizadores de Cannes.