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Las Nuevas Olas dan voz a los silenciados

Los directores Alexe Poukine, Maura Delpero y Xawery Żuławski han participado en un café con el público en el 16 Festival de Sevilla, en el que se ha hablado sobre la dignificación del ser humano y el cine como medio para afrontar el trauma.

 

El Festival de Sevilla ha acogido un encuentro entre Alexe Poukine, Maura Delpero y Xawery Żuławski,  directores de la sección Nuevas Olas, han compartido un café con los públicos en los que han reflexionado sobre su trabajo. 

En concreto, Alexe Poukine, directora de ‘That which does not kill’ ha hablado sobre la experiencia de narrar una violación real, un acto con el que la directora consigue darle voz a las mujeres que han silenciado su historia. En su película, Poukine cuenta la historia de Ada, una joven a la que violó uno de sus conocidos, un acontecimiento que, según ha relatado la propia directora, la condujo a cuestionarse entre “la diferencia entre que te viole un desconocido peligroso o gente que conoces, con la que tienes confianza”. 

Centrándose en la palabra como testimonio del horror, Poukine ha tenido que trabajar con actores no profesionales, entre los que buscó hombres que reconocieran que habían violado.  “Buscaba que actuara lo suficientemente bien como para ser creíbles, pero no tanto como para que estuvieran realmente actuando”. Con esta búsqueda de la naturalidad, Poukine ha abordado un tema tabú en la sociedad actual, que actualmente convierte en culpable a la propia víctima condenada al silencio.

Desde otra perspectiva sobre las vivencias de las mujeres, la directora Maura Delpero presenta ‘Maternal’, un largometraje en el que aborda la maternidad de jóvenes que se ven obligadas a acudir a la ayuda de un convento de monjas. La directora ha explicado que esta es una historia arquetípica, universal, fácil de encontrar en su Argentina natal. “Cuando hice el casting”, ha comentado, “elegí a actores no profesionales, de hecho, una de las mujeres, cuando leyó el guion, me preguntó cómo sabía tantos detalles sobre su vida”, ha contado Delpero. 

De esta forma, la directora ha llevado a cabo un largo proceso de investigación entre la ficción y la realidad que ha culminado en una historia que explora la realidad de las jóvenes, “estableciendo una clara diferencia entre las que pueden permitirse abortar y las que no”. 

La película de Delpero supone también un estudio del tiempo y del espacio, un aquí y ahora que subraya los espacios de recogimiento, como el convento, frente los espacios de apertura, que representa Nina. El debate interior de la protagonista, entre la vida sagrada y profana, queda subrayado con la geometría del espacio, incluso los más claustrofóbicos. 

El polaco Xawery Żuławski, por su parte, ha destacado el origen de su historia, que aborda la política de su país, desde la preocupación por la historia reciente de Polonia, con un gobierno de extrema derecha.

 

Żuławski se hizo con el guion para su película tras la muerte de su padre, quien lo había escrito y se lo había dejado a un productor amigo.  “El productor me preguntó si quería grabarlo”, ha relatado. “Le dije que no, porque mi padre me dijo que la única clave para conseguir la libertad es decir que no”.

Durante el encuentro, el director ha afirmado que con este trabajo ha pretendido reflejar a la intelectualidad polaca, a través de una deconstrucción narrativa de la que su padre estuviera orgulloso. Según ha explicado, su aproximación a esta historia la ha realizado desde la óptica apasionada de quien ama el cine y desea grabar una película. “Por eso, los movimientos de cámara son más agresivos, porque contienen las ganas de quien desea hacer algo”.