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LA CUARTA JORNADA DE ‘CAFÉ CON…’ ACERCA A DIRECTORES QUE BUSCAN UNA MIRADA HONESTA

Sevilla, 9 noviembre de 2021.- Los directores de As far as i can walk, Stefan Arsenijević; Passion, Maja Borg y Moon, 66 questions, Jacqueline Lentzou han protagonizado este martes la cuarta jornada de “Un café con…”. El largometraje de Arsenijević se proyectó ayer dentro de la sección Historias extraordinarias y persigue los sueños de dos jóvenes ghanesas atrapadas en un centro de refugiados en Serbia. La película de Borg, incluida en la programación Las Nuevas Olas No Ficción, explora los rituales religiosos a través de la disciplina, la dominación, la sumisión y el sadismo. Por su parte, el título de Lentzou forma parte de la sección Las Nuevas Olas SEFF ONLINE y desde su estreno nacional, el pasado lunes en las salas del Festival de Sevilla, está disponible en FILMIN. La cinta se centra en la vida de Arthemis, una joven griega de 24 años que tras un tiempo fuera, vuelve a casa para cuidar de su padre.

 

Un viaje de transición

La ópera prima de la directora Jacqueline Lentzou, Moon, 66 questions, es un relato duro y complejo sobre lo que supone para una joven responsabilizarse de cuidar a un padre con Esclerosis Múltiple. En la mesa redonda, la cineasta ha explicado que su trabajo, aunque sea una búsqueda de la verdad “está lleno de mucha literatura y de diferentes escenarios que el espectador irá descubriendo”. Durante este proceso, la cineasta recuerda que la actriz Sofía Kokkali, con quien ya trabajó en su cortometraje Hector Malot: The Last Day of the Year, Premio de la Crítica en Cannes en 2018, “en algún momento dejó de actuar y comenzó a ser ella misma”.

Lentzou ha añadido que aunque la estética de la película estuvo condicionada por la falta de tiempo y dinero, “la grabación nos dio su propio lenguaje”. Por ese motivo, “la mayor parte de los planos son tomas largas y después en el montaje hicimos los cortes”. El verdadero viaje de Artemis, nombre de la protagonista, no tiene nada que ver con su vuelta a casa. “La aventura reside en conocer a su padre para que sea parte de su vida”, afirma la cineasta. El largometraje, pese a tocar un tema tan duro como es la enfermedad, incluye pinceladas de humor, que también forman parte de la vida.

 

La relación entre masoquismo y cristianismo

Por su parte, Maja Borg, directora de Passion, ha señalado que la suya es “una película muy personal”. Después de una relación tóxica, la artista sueca decidió buscarse a sí misma imaginando la relación entre la comunidad queer BDSM (siglas de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) y el cristianismo. Para la cineasta, ambas son prácticas que buscan la redención, el éxtasis y la trascendencia a través de rituales.

Los personajes que aparecen en el largometraje no pasaron por un proceso de casting. “Todos los que están en la película son personas que he conocido en mi viaje cinematográfico. Tenía una conexión personal con los personajes, y eso era importante porque necesitaba esa conexión para hacerla”, ha explicado. Lo que la artista pretendía era que el proceso creativo fuese más íntimo. “Para crear Passion propusimos una serie de juegos de rituales cristianos y otros BDSM que hemos integrado. Buscaba fronteras y límites y la manera de  transgredir esos límites”, ha concluido.

 

Los sueños robados de los refugiados

Para finalizar la mesa, el director Stefan Arsenijević ha hablado sobre su segundo largometraje, As far i you can walk, que llega al Festival de Sevilla después de ganar el Globo de Cristal en Karlovy Vary. Su historia sigue a Strahinya y Ababuo, dos amigas de Ghana que se ven atrapadas en un centro de refugiados de Serbia. A diferencia de Borg, el suyo fue un casting muy largo. “Fue la fase más difícil del proceso porque tardamos casi un año en encontrar a actores de Europa y África. El resultado fue muy positivo, porque tenemos a intérpretes que vienen de entornos y países distintos: Ibrahim Koma es de Francia, Nancy Mensah-Offei de Ghana, Maxim Khalil de Siria y  Nebojša Dugalić de Serbia.”

El director ha explicado que la película, aunque es una ficción, introduce elementos del documental. De hecho, la mayoría de la figuración es real ya que forman parte de campos de refugiados serbios. “Fuimos muy libres en el rodaje. El camarógrafo era experto en realización documental. Luego la puesta en escena era improvisada”, afirma el cineasta, quien ha terminado su intervención explicando que al ser la mayoría del trabajo grabado real, después, en la sala de montaje, “tuvimos mucho trabajo para encajar bien los enfoques”.