Dos hombres procedentes de la costa, herederos de un terreno árido, cruzan el desierto que ahora es su hogar cuando se dan de bruces con los cantes, las luces y el jaleo de la romería de la Virgen del Rocío: engullidos por la fervorosa masa de gentes, caballos y carretas, se desvanecen en mitad de la noche. En estreno mundial se presenta el primer largometraje del joven artista contemporáneo y productor lisboeta Sebastião Borges, una suerte de western espectral que aprovecha los parajes de Tabernas, tan dados al espejismo, para trazar su certero plan formal: impecable tratamiento de imagen y sonido que acompaña la narración (fragmentada y puntuada por los silencios) del trayecto del dúo protagonista, personajes ahistóricos y asintomáticos que buscan algo parecido a las raíces en aquel baldío escenario. Un anclaje al mundo, o bien una vía para desaparecer completamente.