El calor ha aumentado hasta tal punto que la gente ha de quedarse en casa durante el día. Jonah (28 años) trabaja como actor para una agencia que sustituye las ya inviables relaciones humanas, cuando se halla en el papel de padre de Nika (9 años) y comienza a perder el control de su ordenada vida. La atmosférica y solastálgica ficción (especulativa, pero del todo plausible) de Jacqueline Zünd detecta el desencadenante de la desconexión emocional no en la hechicería digital sino en la catástrofe medioambiental, que asuela —también— los mundos interiores. La cineasta suiza dota de pulcritud estética y silencioso poder a su puesta en escena, aterrizada en un joven reparto que encabezan Karidja Touré (Girlhood) y Levan Gelbakhiani (Solo nos queda bailar), mejor actor de Cineastas del Presente en Locarno. Una obra sobre la incapacidad de calentarnos el corazón en tiempos de sofoco climático.