El cinéfilo surfista, buscador de olas cinematográficas perfectas, se acerca a la No Ficción poniendo en duda, cuestionando el poder, la objetividad y la verosimilitud de la imagen fílmica: el contexto es fundamental, como el punto de vista de quién capta esa imagen. Acercarse a la realidad permite distintas perspectivas, también diferentes aproximaciones, más o menos arriesgadas, más o menos transgresoras, más o menos subversivas. La docena de títulos que conforman la programación de Las Nuevas Olas - No Ficción juegan a la reinterpretación de una Historia intoxicada y borrosa, y apela a asuntos relacionados con la memoria, desde una mirada social y política, y hasta deportiva. Películas que afrontan sus desafíos desde la valentía y el atrevimiento formal, a veces apostando por híbridos genéricos inclasificables.
La transformación de Europa tras la caída del bloque comunista se encaja en títulos como 'Putin’s Witnesses', de Vitaly Mansky, que utiliza la ironía para hacer un retrato más bien incómodo de la figura de Vladimir Putin; 'Extinçao', de Salomé Lamas, que firma una reflexión política sobre la caída de la URSS y de varias fronteras desde los ojos de un joven moldavo fiel a Transnistria, país no reconocido por la comunidad internacional; 'I See Red People', en la que Bojina Panayotova convierte su vida familiar en un relato de espías, buceando en su propio pasado para descubrir los vínculos de sus padres con el comunismo, o 'Chris the Swiss', de Anja Kofmel, que usa técnicas animadas para resucitar la figura de su primo, reportero de guerra al que mataron en misteriosas circunstancias en pleno conflicto bélico en los Balcanes.
En este sentido, nadie mejor que Sergei Loznitsa para reformular el peso de la memoria en Rusia: con 'Victory Day' y 'The Trial', el cineasta ucraniano cuestiona la lectura que ha trascendido del pasado político vivido: en una ejerce de testigo de las conmemoraciones de la victoria soviética sobre los nazis que cada año se celebran en Berlín, planteando qué hay más allá de esa celebración; en la otra, usa imágenes de archivo, las de los juicios injustos del stalinismo, para reflexionar el discurso histórico oficial.
Transformadores son, también, movimientos sociales como el nuit debout, suerte de 15-M galo con miles de jóvenes indignados, críticos con las políticas de las instituciones francesas en un contexto marcado por la amenaza terrorista tras tantos salvajes atentados. Premiada con el Europa Label Cinemas en el Festival de Locarno, 'Young and Alive', de Matthieu Bareyre, introduce la cámara en la noche parisina para recoger confesiones de desconocidos, equilibrando fiesta y reivindicación. También premiada en Locarno, Sara Fattahi retrata en Chaos a tres mujeres que plantan cara a la tragedia de Siria, drama que es también, en tanto que refugiada política, el suyo propio.
Autor de la inolvidable Ser y tener, Nicolas Philibert presenta ahora 'De chaque instant', que refleja, de forma honesta y profunda, el día día de un grupo de estudiantes de enfermería. El cine español estará representado por 'In memoriam (La derrota conviene olvidarla)', Marcos M. Merino reflexiona sobre identidad y memoria a partir del que fue el valle industrial más poblado de España. Y por 'La estrella errante', de Alberto Gracia, un viaje lisérgico que acompaña al cantante de la banda punk Los Fiambres, 30 años después de publicar su último disco.
Las Nuevas Olas - No Ficción se acerca, finalmente, quién lo hubiera dicho, al tenis y al fútbol: 'Buscando la perfección' es un insólito ensayo de Julien Faraut que conjuga la figura de John McEnroe, centrándose en sus movimientos en la pista, con el cine. Y, por su parte, 'Infinite Football', del rumano Corneliu Porumboui, usa la marciana reinterpretación del juego inventada por Laurentiu Ginghina, para hacer un retrato, emparentado al humor más absurdo, de un visionario de nuestro tiempo.
