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BAILA CON JOÃO

Pasado el solsticio del 20 de junio, ya se puede decir que el verano ha comenzado. Se aligeran los ánimos, y en esta biblioteca aprovechamos el impasse para refrescarnos con un repaso musical por las películas del cineasta João Nicolau (Giraldillo de Plata el año pasado por Technoboss). Nicolau, quien también es editor y ha actuado (y colaborado) en películas de directores como Miguel Gomes y Sandro Aguilar, es músico aficionado, admirador confeso de los musicales de Minelli y coleccionista de grabaciones sonoras etnográficas de todo el mundo. Debutó en 2006 con el cortometraje Rapace: un hombre joven autoconfonfinado y permanentemente en pijama, descansando su cerebro, que se entretiene escribiendo canciones sobre su barrio con un amigo. Algunas de sus señas de identidad, como sus actores deadpan face y sus particulares fugas de la realidad, ya están presentes en Rapace, cuyo punto culminante es la catarsis colectiva con aires de cortocircuito que sucede al ritmo de la canción “Madness”, de Prince Buster:

 

En 2009 Nicolau suelta al mundo otro cortometraje: Canção de amor e saúde, protagonizada con otro colaborador suyo de largo recorrido, el músico portugués Norberto Lobo (en discos cómo éste, https://www.youtube.com/watch?v=J6osOcSJ9OY, una suerte de John Fahey post-grunge). En la banda sonora de esta película, sobre un dependiente de una tienda de cerrajería que fabrica una singular llave para una clienta inesperada, hay auténticas joyas: desde Bach hasta la canción tradicional Barbara Allen, interpretada por Shirley y Dolly Collins:

 

A espada e a rosa (2010) fue su primer largometraje, coescrito junto a Mariana Ricardo (a partir de aquí su coguionista en casi todos los trabajos por venir), una invitación al viaje de la mano de Manuel, que decide dejar su vida atrás y embarcarse en un navío pirata. Las canciones de la banda sonora de la película, compuesta por München, fueron casi todas interpretadas en directo y grabadas durante el rodaje. Como, por ejemplo, la canción que le canta Manuel al cobrador de impuestos:

 

O la evocadora melodía que aparece en el trailer de la película. 

 

En Gambozinos (su historia de coming of age en un campamento de verano estrenada en 2013), además del rap que inventa su protagonista, es central el momento que ocupa “The Beginning”, canción de la banda californiana Eels, liderada por Mark Oliver Everett:

 

John From (2015) nos transporta a un verano en el extrarradio lisboeta, que dos adolescente cubren con el halo exótico de los mares del sur y con sus fantasías en torno a un misterioso vecino. La canción “Wesward Ho” nos transporta directamente al mundo de las adolescentes de la mano del mítico Moondog, nombre artístico de Louis Thomas Hardin, conocido como “el vikingo de la 5º avenida” por su llamativo atuendo y por el tiempo que vivió en la calle, músico de vanguardia que perdió la vista a muy temprana edad. 

 

Y cierra la fantasía tropical con la Lambada, la canción con la que el grupo brasileño Kaoma triunfó en las pistas de baile de todo el mundo en 1989:

 

En 2019 volvió a Sevilla tras John From con Technoboss. Un musical de improbable protagonista, un hombre que trabaja una empresa de dispositivos de seguridad, y que está al borde de la jubilación. Las letras se escribieron al tiempo que el guión, y de la música se encargaron Pedro da Silva Martins, Norberto Lobo y Luís José Martins. Temas como el leit motiv de la película, difícil de sacar de nuestras cabezas:

 

Y también aportaciones del pop nacional, como el “Aserejé” de Las Ketchup (una canción tan omnipresente en 2002 que habría sido necesario vivir en una cueva para no haberla escuchado), , cuyo momento en el film no desvelaremos aquí para quienes no lo hayan visto.

 

Bailemos, pues, con João, en espera del cine y de la música por venir.