José Luis Guerín (Barcelona, 1960) ha compartido con el público de Sevilla algunos de los momentos clave de su nuevo trabajo, ‘De una isla’, un cortometraje de 25 minutos donde Lanzarote sirve de excusa para la reinterpretación de un paisaje retratado magistralmente por el pintor César Manrique, nacido en Arrecife
La propia fundación del artista plástico realizó un encargo al cineasta, que este ha querido agradecer. “Siempre asumo cada proyecto con la misma libertad, pero con los encargos la cuestión presupuestaria está resuelta, lo que me permite explotar esa libertad aún más”, ha comentado.
Guerín, del que el Festival también ha proyectado en esta edición su filme Los motivos de Berta (1984), ha señalado la singularidad de cada trabajo en el que se involucra. “Siempre me pregunto qué puedo hacer en esas circunstancias que no van a volver a repetirse, porque cada momento es único”, ha destacado el autor de ‘En construcción’, quien también ha comentado que “se trata de llevar al límite esa experiencia que solo se puede hacer con los ingredientes que manejo en ese momento”.
Para la facturación de ‘De una isla’, Guerín estuvo una semana creando la película, observando el paisaje y su orografía. “El cine es ante todo movimiento y si no lo creas no lo puedes visibilizar”, ha defendido el cineasta en relación a su rodaje en la isla, donde el viento y los horizontes áridos son algunas de sus peculiaridades.
A menudo “intento incitar a la ensoñación sin introducir datos que puedan ser falsos, convocar imaginarios más amplios”, ha mencionado el autor, porque “el cine documental suele ser muy resabiado, se habla desde una gran arrogancia, y a mí me importó mucho situarme en el papel contrario”, ha contado Guerín.
El hecho de que el nombre de Lanzarote no se mencione en el filme es un guiño a “la vocación universal del cine, que en su esencia puede llegar a cualquier lugar de mundo”, ha explicado el director. “Nos equivocamos los cineastas si supeditamos el interés de una película a un tema en concreto, porque el tema depende de lo que la mirada del autor sea capaz de revelar”, ha reflexionado citando al cineasta francés Alain Resnais y uno de sus cortometrajes favoritos, ‘Tout la mémoire du monde’ (1956).
Guerín ha aplaudido la labor de Manrique al ayudar a crear, además de sus pinturas, una enorme obra inmaterial. “Propició una mirada sobre la isla -habitualmente la que recibe menos alabanzas de las Canarias- que ha logrado cambiar la percepción de los demás, y eso es único”, ha concluido.