Una odisea emocional desde las calles más olvidadas de Togo hasta los márgenes de Europa. Cuando su director leyó la novela homónima que hoy adapta, sintió que una ventana “se abría y clamaba por la necesidad de solidaridad”. El largometraje relata la historia de un huérfano, un niño de la calle, un pequeño ladrón de una ciudad de África Occidental en los años ochenta. El itinerario desde su nacimiento hasta que encuentra una familia adoptiva está marcado por su paso por la Ciudad de los Muchachos y el apoyo de un misionero español. Una historia que pone rostro a las cifras y humaniza la migración, con un héroe anónimo, le père Antonio, que fue “un auténtico revolucionario al que todavía recuerdan miles de niños sin hogar de Kara a los que proporcionó una vida digna”.