45 años después del estreno de Arrebato, este raro híbrido de documental y ficción se salta las convenciones de ambas etiquetas para zambullirse en la intrahistoria y los agujeros negros de aquella oscura película y de su autor: la gran obra de culto del cine español, profética y testamentaria, y nuestro director maldito por excelencia, Iván Zulueta, quien como sus protagonistas acabaría vampirizado por el cine y la heroína; y, finalmente, desaparecido. Marta Medina y Enrique López Lavigne elaboran un inteligente juego narrativo de muñecas rusas en torno a un film sobre la pasión/obsesión/adicción cinéfila, con las revelaciones de sus coartífices y material inédito en super-8. Como su fuente original, El último arrebato es una lúcida reflexión sobre la inexorabilidad del tiempo, sobre cómo perder su noción, sobre perderse dentro de una película: probar el éxtasis ante la pantalla.