Sin instrucciones
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SOBREVIVIR A SER PADRES, HIJOS E HIJAS

Nadie nos prepara para ser padres... pero tampoco nadie nos dijo cómo ser hijos y todos lo somos, aunque (con mayor o menor frecuencia) nos pese. De esto tratan, al menos en parte, las dos películas presentadas hoy en el Festival de Sevilla, historias sobre conflictos y tensiones relacionadas con la ascendencia y la descendencia: literal, en el caso de Alpha, que sitúa a un padre y un hijo afrontando como pueden un duelo y enfrentados en un duelo que echa chispas; y también de filiaciones y desconexiones, de distanciamientos y acercamientos, habla Sin instrucciones. Dos visiones muy distintas de esa gran aventura —existencial— que es relacionarse para quienes comparten sangre, sus amores reñidos; pero amores, al fin y al cabo.

Machotes en apuros

Tras la reciente pérdida de su madre, Rein (31 años) trata de recomponerse trabajando como monitor de snowboard en una aldea de los Alpes cuando irrumpe su extrovertido padre Gijs (60 años) para acabar con su relativa paz mental. El primero no aguanta por mucho tiempo la intromisión del segundo, y ambos acabarán enfrentándose, ya separados del resto del mundo, al gélido paraje montañoso. “Es la historia de dos personas que se quieren y que se han perdido mutuamente”, ha explicado el actor Gijs Scholten van Aschat sobre Alpha, a competición en Sección Oficial. “Pero tras un gran accidente, se ven obligados a hacer equipo y solucionar sus problemas porque hay uno mayor: el de sobrevivir en la montaña”. Él da vida al padre, uno de esos “hombres blancos mayores europeos algo anticuados, de la vieja escuela, lo que explica ciertos prejuicios absurdos.

El hijo lo encarna Reinout Scholten van Aschat, por lo que ya adivinarán que los coprotagonistas de esta película son padre e hijo también fuera de la gran pantalla. “Es la primera vez que trabajamos juntos, así que fue un gran regalo, algo muy emotivo, rodar durante dos meses”, ha comentado el padre, destacando que no les resultó difícil interpretar las emociones puestas en juego en esa relación conflictiva, porque sus reacciones tenían mucho de natural: “Estamos muy unidos, así que hemos podido improvisar y jugar con el guion, adaptándolo a nuestro gusto y añadiendo matices y sobre todo humor; siempre nos tomamos a broma el blablablá del cine. Durante el rodaje hemos intentado divertirnos, y creo que funciona bien en la película, ese humor raro que se va haciendo tenso”.

Alpha
El actor Gijs Scholten van Aschat. © Lolo Vasco

El director y guionista Jan Willem van Ewijk se inspiró en la relación con su propio padre para dar forma a este argumento que habla sobre una cierta idea de masculinidad en crisis, deconstrucción o cuestionamiento, sobre su naturaleza cambiante, en un entorno —natural— amenazante: una lucha encarnizada entre dos machos alfa. “La historia tiene muchos parecidos con un western”, ha explicado Van Aschat, tanto en ese duelo entre los dos protagonistas como en el planteamiento de la soledad (en este caso compartida) frente al paisaje. Asimismo, el actor neerlandés ha hecho alusión, sin pretender destripar el argumento, al sorprendente clímax del film: “Creo que se aleja mucho de los finales habituales de Hollywood. Yo lo veo más como el de una obra de Shakespeare, un autor que me encanta; más parecido a la vida, en realidad”.

química orgánica, cero mensajes añadidos

Siempre se dice que los niños vienen sin manual de instrucciones, pero “quienes no somos padres o madres, somos hijos o hijas, y tampoco hay instrucciones para serlo”, ha comentado la directora Marina Seresesky sobre su adaptación del mayor éxito en la historia del cine mexicano. Sin instrucciones se ha titulado, justamente, este remake en el que Marta Sánchez e Irene Niubó (guionistas de la aplaudida serie Las abogadas) trasladan la vertiente cómica y algo naíf del original a un argumento “más llevado a la tierra y a sentimientos en los que todos nos podemos reconocer”. La cineasta argentina afincada en nuestro país ha contado que el reto principal fue encontrar el tono de una obra que comienza como una comedia al uso pero que aspira a que el espectador pase por distintos estados de ánimo: “Que se ría, que se emocione y sienta lo que tenga que sentir, y sobre todo que lo pase muy, muy bien”. Para lograr ese complicado equilibrio de matices, ha dicho, “hay que tener muy buenos actores y yo los he tenido”.

La historia de la que habla es la de Leo, un tipo soltero y mujeriego cuya hedonista existencia da un vuelco cuando un antiguo affaire le pone en brazos una bebé afirmando que es su hija, y dejándolo de golpe a su cargo. La acción salta entonces a ocho años más tarde, cuando aquella niña, Alba, crece feliz junto a su padre y la madre reaparece para hacerse con su custodia. Paco León, que da vida a Leo, ha hablado de este personaje que pasa, de golpe, de una vida a otra, “de Canarias a Euskadi, de lo rural a lo urbano y del norte al sur, ese contraste es muy divertido”. Lo acompaña la joven Maia Zaitegi (La ermita), a la que el actor ha definido como una auténtica sorpresa: “Siempre es delicado y complicado trabajar con niños. A veces habría que hacerles un casting también a los padres, y los de Maia están bien ubicados. Ella desprende talento e inteligencia, nunca tuve la sensación de trabajar con una niña, pero sí transmitía una verdad muy limpia, libre de deformaciones profesionales”.

Sin instrucciones
Manuel Yebra (productor), Marina Seresesky (directora), Paco León (actor) y Álvaro Alonso (productor), presentados por Antonio Navarro.  © Lolo Vasco

Sobre esa relación dentro y fuera de la película, Seresesky (ganadora del premio del público en el Festival de Málaga por su anterior Empieza el baile) ha destacado que “en una historia de amor, como es esta, siempre tiene que haber química, y más que la que ellos dos le han puesto es imposible”. Sobre el trabajo con sus intérpretes, ha expresado que le gusta “trabajar abierta a lo que dan los actores, y Paco da muchísimo. No vengo aquí a descubrir que es un actor brillante, pero también se compromete mucho, no solo con el personaje sino con la historia. Él también es director, y tiene la película global en la cabeza”. Por su parte, León ha afirmado que entienden el cine de la misma manera: “Yo le ofrecía todo tipo de botones, encajes y madroños, pero lo que ella hace con eso es maravilloso. Es un lujazo su permeabilidad”.

Finalmente, el actor sevillano ha querido resaltar lo emocionante de que esta película, que llegará pronto a las salas de cine, se haya podido ver por primera vez en el Festival de Sevilla, en una proyección muy especial en el Cartuja Center Cite: “Estrenar una película es siempre un milagro, porque todo está continuamente pendiendo de un hilo. Pero si es en mi ciudad y en este festival, tan peleado y tan peleón, se convierte en la experiencia más gratificante del mundo. Disfruté muchísimo de ese pase en familia”. Respecto al posible mensaje que pueda querer lanzar o contener Sin instrucciones, León ha bromeado asegurando que “las películas no tienen mensajes, y si lo tienen son más bien como el de las fortune cookies”. Sin instrucciones y sin mensajes, es decir: como la vida misma.