Escrita y dirigida por Petra Volpe, Late Shift es la película que representa a Suiza en los premios Óscar y exhibida en el festival de cine europeo de Sevilla en la sección oficial. Retrata con realismo el trabajo de los profesionales de la salud: personas empáticas y resilientes que enfrentan la presión de una jornada laboral exigente. La cinta expone el lado humano detrás del uniforme, invitando a reflexionar si realmente se les otorga la importancia que merecen.
Floria es una enfermera que trabaja en el turno nocturno de un hospital. A lo largo de la película se la acompaña durante una de sus guardias, lo que permite conocer cómo es la dinámica de un hospital en plena actividad, con ingresos y salidas de pacientes de manera constante. También se muestran los vínculos que mantiene con algunos de ellos y cómo su trato revela distintos aspectos emocionales del oficio.
El largometraje busca denunciar el trato que recibe el personal sanitario por parte de pacientes y familiares, así como el estrés y la presión a los que se ven sometidos en cada turno. Se pone en evidencia la expectativa social de que estos profesionales dejen de ser humanos y se comporten como máquinas siempre disponibles, dispuestas a brindar atención sin límites. Este conflicto emocional se refleja en la escena del elevador: Floria, exhausta y cubierta de lodo, busca disculparse tras haber arrojado por la ventana el reloj de un paciente que la trató con desprecio durante toda la cinta. En ese momento de ruptura interior, recordamos que también sienten, aunque a menudo se nos olvide.
La película retrata de manera real lo que implica un turno en un hospital, ya sea como médico, enfermera o camillero. Volpe logra evidenciar la creciente escasez de personal sanitario en Europa y cómo esta situación repercute en su vida emocional y física. La idea de que el día siguiente traerá alivio se transforma poco a poco en una verdad más amarga; ese agotamiento y esa soledad se repiten noche tras noche en los hospitales del mundo.
A menudo, cuando uno se encuentra en la necesidad de acudir a un hospital, olvida que quienes trabajan allí no solo ofrecen atención médica, sino también una parte de sí mismos. Son personas empáticas que cargan con el dolor ajeno, intentando, muchas veces desde el desgaste, aliviar el sufrimiento que los rodea. Late Shift nos recuerda que detrás de cada uniforme hay seres humanos que luchan por mantener su vocación en un entorno cada vez más exigente, y que, pese a todo, siguen haciendo su labor con una entrega silenciosa que merece ser reconocida.
Emilio Márquez Jiménez