Galardonada como Mejor documental en los Premios de la Academia de Cine de Andalucía, Fandango nos sumerge en un recorrido musical sobre uno de los palos más antiguos y arraigados del flamenco, reflexionando desde sus orígenes hasta la actualidad. El film está ambientado en su totalidad en Huelva, cuna del fandango, e incluye actuaciones de destacados artistas como Perlita de Huelva o Arcángel mostrados en una delicada fotografía en blanco y negro. Sus directores, Remedios Malvárez y Arturo Andújar, conversan sobre esta película enmarcada en la sección Special Screenings de la 22ª edición del Festival de Cine de Sevilla.
¿Cómo surge la idea de crear un documental del recorrido del fandango en Huelva?
Remedios Malvárez: Yo soy de Huelva, mi vinculación con esa tierra es mayor, por eso tenía muchas ganas de hacerle un homenaje, y qué mejor manera de poner en valor su patrimonio cultural, su memoria y sus paisajes con algo tan emblemático como es el fandango. Quisimos realizar una película hecha con cariño y pasión y también un rodaje así, donde poder pasárnoslo bien y disfrutar. Sacar algo que nos pareciera honesto, comprometido con mostrar nuestras raíces.
Arturo Andújar: Veníamos de una cinta muy dura como era Pico reja, y necesitábamos crear algo más amable y divertido. Siempre nos ha atraído mucho lo relacionado con nuestra cultura y nuestra música. Al principio, la idea de grabar un documental sobre algo tan específico resultaba arriesgado, pero el reto estaba en hacer algo atractivo y potente visual y musicalmente.
¿Cómo ha sido el proceso de grabar con los artistas que intervienen? ¿se ha intentado buscar la máxima naturalidad posible o ha habido algún tipo de planificación?
R.M: En un documental todo es verdadero. Nos hemos centrado en crear espacios donde surgieran conversaciones, y desde la dirección hemos dejado fluir eso, incluso han salido temas de conversación en la grabación que no teníamos previstos. Se había hablado previamente con todos los artistas y se les había explicado qué tipo de película íbamos a hacer, pero después se les ha dejado estar y hablar libremente. Lo que ha estado más preparado son las interpretaciones musicales por cuestiones técnicas.
A.A: El reto estaba en conseguir esa naturalidad. Crear ese clima para que se sintieran cómodos y que todas las personas involucradas en la grabación pudieran expresarse artísticamente y como contadores de las historias que se narran en el documental.
¿Cuál ha sido la dificultad más notoria del rodaje?
R.M: Hay dos cosas que eran muy difíciles. La primera, emocionar hablando de un palo de flamenco y la otra, hacer un buen montaje.
A.A: A mí el montaje no me ha resultado tan complicado… primeramente porque lo hemos disfrutado mucho y porque teníamos libertad para poder experimentar. Las cosas han fluido bien, pero entrando en materia, quizás lo más tedioso del montaje haya sido homogeneizarlo todo, darle un peso similar a nivel global. Montar cada escena no ha sido tan complejo, pero sí darle esa fluidez para que resulte ameno al verlo.
Por último ¿Qué sentís al ver que un documental andaluz haya tenido cabida en un festival europeo? ¿creéis que el cine de no ficción de Andalucía está en un buen momento o aún está por llegar?
A.A: El cine documental andaluz está en su mejor momento. Nunca en la historia ha habido tantas producciones como hoy en día, no solo en el documental sino a nivel general. Poco a poco se está construyendo una industria de cine andaluz. Quedan muchos pasos por dar, pero se ha iniciado ese camino. A donde pueda llegar no lo sabemos, pero cada vez tenemos producciones de más nivel que pueden llegar a trascender no solo a nivel europeo sino a nivel mundial. Las historias que contamos son las nuestras: locales y universales. La cultura no tiene fronteras, y Andalucía a nivel cultural y social es tan potente que puede generar interés en cualquier lugar del mundo.
R.M: Con respecto a que esta película esté en un festival europeo, creo que Sevilla ha sabido entender y darle espacio a la cinematografía andaluza. Nuestras producciones andaluzas por suerte gozan de la suficiente salud como para estar en festivales internacionales. De hecho, Fandango ha estado en festivales como el de Cracovia, Shanghái, México… tenemos que empezar a quitarnos ese complejo de “andaluces, nos quedamos aquí”. Los cineastas contamos historias universales, que importan y que no tienen fronteras, con lo cual es importante que festivales de cine europeo como este potencien nuestras producciones andaluzas, entre otras cosas porque nos está viendo un público, un jurado y gente proveniente de distintos lugares.
Lola Tenorio Rodríguez