Sweat

REDES SOCIALES: EL TÚNEL DE LA ACEPTACIÓN

El Festival de Sevilla acoge el estreno en España de la película Sweat, un retrato en toda su complejidad de los influencers, sus miedos y sus tabúes

Sweat, coproducción polaca-sueca que competirá por el Giraldillo de Oro en Sección Oficial, se centra en la figura de los influencers del mundo digital a través de su protagonista Sylwia, gurú del fitness en esta historia de ficción pero muy anclada a la realidad contemporánea. Su director, Magnus von Horn (Göteborg, 1983), ha explicado que el film es el resultado de un largo proceso de trabajo que se remonta a 2015, cuando dio con la idea para este proyecto: “Empecé a seguir a algunos de estos influencers del fitness en Snapchat y casi me llegué a obsesionar. Me enfadaba y a la vez me fascinaba el hecho de que tuvieran tanto éxito, casi envidiaba esa espontaneidad suya. Eso me hizo plantearme qué clase de influencer sería yo”.

Magdalena Koleśnik (Białystok, 1990) fue la primera que se presentó al casting para interpretar a Sylwia y, aunque luego se hicieron “decenas de pruebas”, según Von Horn, ella fue finalmente la elegida. La actriz polaca ha calificado como “único” su trabajo en esta película y su relación con el cineasta sueco, que cristalizó en “una unión muy profunda donde se entrelazaban lo profesional y lo personal. Sylwia es también mi personaje, aporté muchos de mis miedos y de todos nuestros tabúes, proyectándolos en ella”. Koleśnik también ha explicado la dura e intensa preparación, un año y medio en el que hizo mucho ejercicio físico, “pero ese cambio en la relación con mi propio cuerpo también acabó influyendo en mi forma de pensar y en cómo me relacionaba con los demás”.

Sweat

 

Cuenta Von Horn que la actriz ni siquiera estaba en redes sociales, “así que ha sido un auténtico aprendizaje al que había que darle tiempo, no se podía forzar”. Para el personaje de Sylwia, ella se inspiró en una amiga cercana, la actriz e influencer Aleksandra Domańska, a la que agradece “su forma tan valiente de expresarse en redes, publicando cuestiones polémicas, como cuando ha reivindicado las protestas a favor del aborto en Polonia”. Pero la protagonista de Sweat no es reflejo de ella o de una persona concreta, sino también de muchas monitoras a las que siguió durante muchas horas en Instagram: “No se trata solo de fitness, sino de revelar la verdad sobre una misma y obtener la recompensa de la aceptación social, que a fin de cuentas todos necesitamos. En esa búsqueda, las redes representan el túnel que atravesamos”.

En ese contexto, las redes sociales pueden mostrar, como en el film, el lado más vulnerable del influencer. Magnus Von Horn, que viene de un primer largometraje de temática muy distinta (la potente The Here After), ha señalado que después de aquel le apetecía abordar otro asunto. Pero ambos tienen en común el “tratar de comprender en su tridimensionalidad a aquellas personas con las que a priori no tenemos nada que ver”. El director sueco, que se confiesa “bastante pasivo” en redes, dice no tener una opinión clara sobre ellas, “tampoco sé si la quiero tener. En realidad, las redes sociales me parecen bellas y cínicas al mismo tiempo, pero en este proyecto me han servido como una extensión para centrarme en emociones que me parecen honestas y que están ahí presentes; incluso aunque sean pornográficas, como en algunos casos”. Para Koleśnik, “podemos pensar lo que queramos, pero nuestras vidas están en gran medida ahí dentro”.