charla dirigidCarlota Pereda fue entrevistada en directo por la escritora sevillana Silvia Hidalgo, ganadora del premio Tusquets.

Cunde el pánico en el Festival de Sevilla

El cine de género está presente esta edición del festival con al menos dos películas programadas en la sección Panorama andaluz, La espera y Una noche con Adela, y una entrevista en profundidad con una de las escasísimas directoras españolas especializada en cine de terror.

Cuando Carlota Pereda era niña no había filtro en casa ni en la televisión en la programación de cine. Por la mañana podía ver una película de Roger Corman en el programa infantil Sabadabadá; por la noche, El ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, 1948) en el mítico espacio La clave, y el fin de semana, ir al cine a ver ET, el extraterrestre (Steven Spielberg, 1982). “El audiovisual era un todo, pero de un tiempo a esta parte ha habido una distinción. El cine de género no se considera serio”, lamentó ayer en una entrevista enmarcada dentro de Women in Focus, un programa de la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA) cuyo objetivo es reflexionar y debatir sobre cine desde una perspectiva de género.

De aquella experiencia de iniciación al mundo a través de la pequeña y la gran pantalla, la hoy directora extrajo una conclusión: “Me di cuenta de que el tipo de cine que quería hacer era aquel que me gustaba, aquel que está a medio camino entre el cine de autor y el comercial. Busco un tipo que películas que completen el espectador. Me gusta jugar con la cámara, subvertir expectativas, principalmente en el personaje sobre el que se pone el foco”, enumeró la realizadora en una charla dirigida y moderada por la escritora sevillana Silvia Hidalgo, ganadora del premio Tusquets con su novela, Nada que decir.

La madrileña es conocida por ser de las pocas mujeres que han logrado dirigir género en España, con largometrajes como Cerdita o la reciente La ermita. Empezó estudiando derecho, porque, en palabras propias, su familia pensaba que se iba a morir de hambre, así que trabajaba y se pagaba cursos en escuelas de cine trabajando en un bar de karaoke.

La entrevista estuvo enmarcada dentro de Women in Focus, un programa de la asociación AAMMA.

“El cine en este país ha sido de una clase holgada y la mirada a las clases bajas se ha arrojado con cierta condescendencia”, valoró la creadora, que tras una experiencia continuada en televisión, al sentir que no tenía voz propia y “harta” de que no llegara su oportunidad, la provocó ella misma rodando un corto y “tirando de favores”.

Aquella pieza, titulada Las rubias, fue seleccionada en más de 140 certámenes nacionales e internacionales y ahora espera su turno para convertirse en largo, como así sucedió con Cerdita, su segundo cortometraje, Goya en 2022.

La película se estrenó en Sundance y resultó ganadora del Méliès de Oro en Sitges, el Méliès d’Argent en el Festival Europeo de Cine Fantástico de Estrasburgo y el premio a mejor película de terror en el Festival de Cine Fantástico de Austin.

Paradójicamente, Pereda ya había recibido de Filmax el encargo de rodar La ermita, pero la pandemia se cruzó en sus planes. Ante la pregunta sobre su manera de encajar una propuesta ajena, Pereda fue directa: “¿Una proposición para rodar cine fantástico en España? Dije que sí sin leer el guion. Incluso Francis Ford Coppola ha hecho cine de encargo. La película siempre la haces tú, tu voz está ahí. Además, me gustan los personajes con conflictos personales, como es el caso de esta trama, y conectaba con mis experiencias vitales”.

La película es un drama sobrenatural en el que su particular mirada consigue trascender el cine de género explorando temas como el amor maternofilial, la muerte, los fantasmas o la reconciliación con nosotros mismos y con los que nos rodean.

Ambos largos coinciden en estar ambientados en entornos rurales. Ante la alusión, la realizadora opinó: “Parece que una película solo es válida si hablas de ti mismo, sobre todo si eres una mujer. Parece que hoy día solo puedes hacer cine si es en tu barrio y sale tu perro, pero John Huston rodó La reina de África (1951) porque quería ir a África a cazar”.

Cerdita está ambientada en el pueblo extremeño de Villanueva de la Vera, y La ermita, en un municipio vasco. Hidalgo asoció este tipo de localizaciones a los cuentos de Shirley Jackson, “donde todo el mundo se conoce, pero no de puertas para dentro”.

La historia de La ermita estaba ambientada inicialmente en Edimburgo, pero el personaje de una niña que se desenvuelve sola no le encajó a Pereda en una ciudad.

“La iconografía del cine clásico de fantasmas remite al norte, el folklore del País Vasco es muy rico y en Euskadi y Navarra sufrieron la peste, así que trasladé allí la acción”, concretó una directora que ha tenido como tótems a escritoras y a cantantes de rock, no a realizadoras de cine de género.

La primera vez que vio a Isabel Coixet y a Icíar Bollaín fue, de hecho, cuando asumió que podía ser directora. “Mis referentes han sido Shirley Jackson, Carson McCullers, Carmen Martín Gaite, Kim Gordon y Patti Smith, pero no cineastas. No he tenido referentes. En la ECAM no nos hablaron de ninguna. Cuando conocí a Josefina Molina, que dirigió Vera, un cuento cruel (1973), me dijo que mejor estudiara arquitectura. Julia Ducournau ganó la Palma de Oro en Cannes por Titane y la abuchearon, así que lo que he aprendido estos años es que tenía que ser resiliente”.

Una de las mejores películas que ha visto este año es, precisamente, de género. Se trata de La espera, “donde Víctor Clavijo está increíble”. Todavía no tiene distribución en España. “Nuestro cine sigue considerándose de nicho”, lamentó.

Una de las películas favoritas de Carlota Pereda este año es 'La espera'.

La película de F. Javier Gutiérrez es un thriller con componente fantástico que está programada en Panorama andaluz. Como Pereda, su educación cinéfila se forjó en el visionado de películas de género. En su largometraje se puede intuir el gusto por el folk horror de películas como El hombre de mimbre (Robin Hardy, 1973) “adaptado a nuestras tradiciones, supersticiones y miedos, con una aproximación hiperrealista donde se percibe el olor y el tacto”, comentó el director en su rueda de prensa en SEFF.

A lo largo de su entrevista, Pereda citó al maestro de la literatura de terror Stephen King, quien considera que el humor no es más que ira disfrazada. La ópera prima de Hugo Ruiz, Una noche con Adela, también programada en Panorama andaluz, no enmascara esa furia, y de ahí que derive hacia el género y no hacia la comedia.

El director valoró el papel que juega el cine de género para vehicular temas sociales de calado. “Cuando se toca un tema trascendente desde el terror da la sensación de que no es serio, pero es una forma fantástica de abordarlo porque al ser humano le atrae el miedo”, declaró durante su rueda de prensa en el festival, donde estuvo acompañado por los productores JJ Montero, Kike Sánchez y Hugo Serra y los actores Paco Martínez, Rosalía Omil y Beatriz Morandeira.

Hugo Ruiz ha rodado 'Una noche con Adela' en plano secuencia.

El director optó por rodar esta historia de venganza en plano secuencia “porque buscaba que el espectador estuviese cada segundo con la protagonista para que al final de la película conociera mejor a Adela y entendiera por lo que ha pasado”.

Laura Galán, reconocida con el Goya a la mejor actriz revelación por Cerdita, es la protagonista absoluta de esta historia que retrata un castigo cocido a fuego lento por una mujer traumatizada en su adolescencia. Con estos dos papeles, la actriz se está labrando el título de musa del cine de terror en España. Ruiz reconoció al respecto que en Estados unidos se la etiquetó como la nueva reina del grito. No obstante, el realizador la considera una actriz polifacética, “a la que vamos a ver hacer igual de bien cosas muy distintas”.