Catherine Breillat ha sido entrevistada en directo por la programadora Cristina Consuegra.

Catherine Breillat: “Mi propósito no es el escándalo, sino expresarme libremente”

La noche de la inauguración del Festival de Sevilla, tras recoger su Giraldillo de oro en homenaje a toda una carrera de disidencia, la directora francesa Catherine Breillat (Bressuire, Francia, 1948), brindó cuatro consejos para construir una carrera en el cine de autor: obstinación, estilo, homogeneidad y crear una firma propia.

Esta mañana ha ahondado en esos principios, columna vertebral de su filmografía, durante una entrevista enmarcada dentro de Women in Focus, un programa del Institut Français de Sevilla organizado junto a la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA) cuyo objetivo es reflexionar y debatir sobre cine desde una perspectiva de género.

“Me defino como una cineasta de las emociones. Siempre digo que lo que me gusta es lo ultraíntimo, poner caras y semblantes donde todo se pueda leer, donde nada esté escondido. Mi objetivo es tener un discurso real para hablar de mí misma, pero de los otros también, porque todos compartimos sentimientos. Por eso quiero desvelarlos en primer plano, para que el espectador no pueda escapar de las que son sus propias emociones”, ha sintetizado la autora de Romance X (1999) y Una vieja amante (2007) en una completa conversación con la programadora de cine Cristina Consuegra en la que se ha hablado de deseo femenino, del aspecto positivo de incomodar a la audiencia, de las suspicacias que le despierta el feminismo occidental, de montaje, de luz pictórica y del poder de sus diálogos.

Hace ya una década, desde Una relación perversa (2013), que Breillat no rodaba. SEFF celebra su regreso con la programación en Sección oficial de El último verano.

“Esta trama me interesó porque trata la mentira y la negación. Aborda un tema magistral, un poco shakespeariano. Cocteau decía: "mi mentira siempre dice la verdad". Es un dispositivo que está en todas mis películas, porque la gente puede decir una cosa y pensar lo contrario”, ha explicado.

En 'El último verano', Catherine Breillat ha hecho su propia versión de la película danesa 'Reina de corazones'.

La película es su propia versión del drama Reina de corazones (May el-Toukhy, 2020), donde se explora la relación de incesto entre una abogada especializada en derecho infantil y su hijastro de 17 años. Breillat odia que se emplee la palabra remake al referirse a su película.

“En el largometraje danés, el protagonista tiene 21 años, mientras que en el mío, yo quería un adolescente; en Reina de corazones, la mujer es una depredadora, pero la mía, no. Cuando el director elige a sus actores, ya la hace suya. Esta película es mía, la he hecho mía. Es como la pintura: un mismo tema puede dar lugar a muchas obras distintas. A muchos artistas se les ha encargado la piedad de Cristo, pero la obra de Rafael no se compara con la de Botticelli o la de Murillo”, ha profundizado la cineasta, una enamorada de las bellas artes que se inspira para sus películas en la luz de los pintores del siglo XVII a la hora de seleccionar el vestuario, los colores y la iluminación que usa para representar los cuerpos, "ya que en la obra de estos pintores la piel se representa casi transparente, con una blancura que huye de lo vulgar".

Breillat adora a Velázquez y Goya, pero ha afirmado estar “fascinada” por la obra Crucificado de Zurbarán: “La luz provoca que el cuerpo sobresalga del lienzo y crea una atmósfera casi erótica”.

La homenajeada por el festival es una de las cineastas más transgresoras del cine francés contemporáneo. Con una mirada aguda sobre la adolescencia, el amor y la violencia, Catherine Breillat lleva 50 años examinando con precisión y dureza las relaciones entre los sexos. Su cine es moral, nunca mojigato ni intransigente.

Catherine Breillat fue galardonada con el Giraldillo de oro en la inauguración del Festival de Sevilla.

Empezó a escribir con 17 años, con la idea de que si publicaba novelas, muy pronto podría llevarlas a imágenes. Su primer libro, Homme facile, fue prohibido en Francia para menores de 18 años. “Se me consideraba escandalosa, pero no creo que mi propósito sea el escándalo, sino expresarme libremente -se ha defendido la realizadora -. Mis películas han suscitado mucho miedo y yo me preguntaba por qué desencadenaban reacciones tan virulentas. Luego entendí que el arte es contestar a preguntas que no se han hecho nunca. Mi aspiración es responder a estas cuestiones. Me han reprochado muchas veces que mis películas eran banales, que trataban lugares comunes, pero son aspectos que la gente no quiere a veces conocer ni admitir”.

Catherine Breillat se inspira en la luz de los cuadros de sus pintores favoritos en su filmografía.