EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO, DE LUIS LÓPEZ CARRASCO
1992, quinto centenario del Descubrimiento de América, año de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Expo 92 en Sevilla. Mientras España refulgía como una nación pujante y moderna ante el mundo, al otro lado del decorado el Parlamento de Murcia ardía y la reconversión industrial tocaba techo. En esta película monumental, López Carrasco (El futuro, Colectivo Los Hijos y digno relevo de Jordá y Portabella) elabora un fresco en Hi8 con bar español de fondo de la clase trabajadora, sus historias, esperanzas y crisis de los últimos treinta años, un emocionante relato en primera persona de una lucha en suspenso. Premiada en Cinéma du Réel, Tesalónica y Jeonju.
Cineuropa sobre EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO
1992 fue un año decisivo en España: entonces, gracias a dos eventos multitudinarios tan publicitados y mediáticos como la Exposición Universal celebrada en Sevilla –en honor al quinto centenario de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano– y los Juegos Olímpicos que tuvieron lugar en Barcelona, no sólo se edificaron infraestructuras que han hecho avanzar al país, sino que –sobre todo– se situó a éste en el epicentro del mapa mundial y lo catapultó hacia la modernidad, el neoliberalismo y el progreso. Pero… ¿qué pasaba en el resto de la península ibérica en esas mismas fechas? El año del descubrimiento, segundo largometraje de Luis López Carrasco tras el muy aplaudido El futuro, se encarga de desvelarlo, sin pelos en la lengua…
Si hay un espacio público propenso al diálogo y la discusión, ése es el bar: en uno de ellos (“Café-churrería Tana: desayunos y meriendas”), ubicado en la ciudad murciana de Cartagena, ha rodado López Carrasco la mayor parte de El año del descubrimiento (título irónico y ambiguo donde los haya…). Sus empleados y su clientela –mucha de ella con cigarrillo en mano, como sucedía habitualmente en lugares techados en la época que se rememora en las conversaciones y desobedeciendo la ley estatal actual, pequeño gesto de rebeldía devenido en militancia libertaria en contra de las imposiciones oficiales– hablan con el propio cineasta de la situación social del presente en la región donde viven, de lo que ocurrió allí en el 92 y de las consecuencias de aquellos graves conflictos acaecidos, de los que apenas nadie informó al resto de la nación.
Porque para el gobierno español, descubrir la cruda imagen de una zona conflictiva en momentos de algarabía, boato y celebración se salía del argumento resplandeciente diseñado: por eso se silenció. López Carrasco, que en las fechas referidas era un niño, arrea con esta película un tortazo a la historia oficial dejando que sean los testigos y protagonistas de aquellos sucesos ocultados desde arriba los que desentierren verdades. Así, durante tres horas –apenas salpicadas con imágenes de archivo de noticiarios y algunos anuncios televisivos que alababan las inversiones llevadas a cabo en Cataluña y Andalucía–, con la pantalla partida en dos y un tratamiento de la imagen que la asemeja a las grabaciones domésticas de finales del siglo pasado (la película se ha rodado en cinta magnética Hi8, como las que muchos manejamos en los noventa), numerosas voces claman por una justicia histórica que se les debe.
De una cercanía amigable y confiada, las cámaras del equipo del film convierten al espectador en un parroquiano más de ese bar ruidoso y con olor a fritanga y tabaco, crisol de clases sociales y edades, maneras de entender el mundo y con ideas políticas de lo más diversas. Esas personas analizan el presente y revisan el pasado desde la humildad, la sinceridad y la verdad del pueblo llano, desnudando la historia y reescribiéndola sin el interés, el cinismo y la manipulación de las clases dirigentes, sean éstas de derecha o de izquierda. ALFONSO RIVERA
Publicada en Cineuropa.org: https://cineuropa.org/es/newsdetail/384095/
Fotografías del rodaje de EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO. Cortesía de Luis López Carrasco

Notas de preparación de EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO (2014/2017), proporcionadas por Luis López Carrasco
Leyendo El edificio de la palabra. José Carlos Avellar.
Pag. 1.
“¿Qué es lo que un documental pregunta al fragmento de realidad que documenta?”
Pag. 2.
“en sus películas lo que hay no es propiamente una entrevista, sino una conversación. Lo que interesa es oír a alguien contar su historia. Oír cómo se construye la narración. Su cine parte del reconocimiento de que la realidad de la narración es más rica que la realidad vivida.”
Cita de Walter Benjamin: “el tiempo real es más pobre: lo que uno cuenta después de años y años contiene partes de mentira y partes de verdad, es una construcción en que los recuerdos ponen en un mismo espacio lo que fue y lo que pudo haber sido y no fue”.
“Un documental no busca respuestas, ni plantea preguntas (…), sí, el documental pregunta, pero no lo hace para obtener una aclaración (…) sino para obtener otra pregunta y, mediante el montaje de preguntas, una construcción cinematográfica.”
“En una conversación el que habla se construye a sí mismo”.
“El cine provoca la escena con su pregunta cuestionadora”.
“El cine, después de provocar la escena, ya no tiene control sobre ella”.
Pag. 3. Importante.
“La pregunta o hipótesis formulada por un documental puede capturar un instante en el que se define la experiencia que los personajes han vivido o vivirán a partir de entonces. Así mismo, genera principalmente un momento dado, un instante que no condensa una experiencia vivida, ni anticipa una experiencia por vivir. La pregunta, casi siempre o únicamente, genera un instante: vivo, presente, singular: una especie de juego de escena en donde, espejo frente a un espejo, el director propone una fabulación al entrevistado, quien a su vez, a manera de respuesta, plantea una fabulación al realizador”.
(Bueno, pues eso es lo que estamos buscando, ¿no? Sin embargo, no desdeñar la posibilidad de proponer un juego performativo en ocasiones. Pedirle a alguien que haga de otra persona).
Pag. 4.
“Lo que vemos en la pantalla es la memoria del tiempo presente”.
Pag. 6.
Sobre Jogo de Cena. “La única certeza posible que tenemos es que contemplamos personajes. Los personajes creados por las mujeres entrevistadas y los creados por las actrices invitadas para repetir el texto de las entrevistas.”
(A María Campaña lo que tengo que preguntarle es cómo se conducían las entrevistas previas).
Pag. 9.
“De esta manera la verdad de la ficción no puede ser disociada de la ficción de la verdad”.
“La película enseña lo que el documental realmente es: cine, no una tentativa de componer un registro objetivo de la realidad porque el objetivo del registro es subjetivo”.
Pag. 12.
“pudiera ser lo contrario: lo que realmente importa es el particular proceso de creación de un personaje de sí mismo por un no-actor en una conversación cualquiera”.
(Eso me recuerda a Tesa y su verdad múltiple).
Coutinho: “Lo que vemos en un filme no es el registro de un hecho que se encontraba allí, listo para ser filmado. El filme es el hecho, en la medida en que provoca lo que filma. Ninguna idea central previa a la filmación preside la construcción de la película, sólo una hipótesis de trabajo que puede, o no, ser comprobada durante la misma en el momento en que se filma un acontecimiento único, que nunca ocurrió antes ni jamás volverá a ocurrir.”
Leyendo IKE. Retales de la reconversión. (Coordinado por Carlos Prieto Fernández)
Pag. 85. Guillermo Rendueles: “Diez años después de que la fábrica de camisas IKE fuera derruida, dos pacientes a las que atiendo en el Centro de Salud Mental donde trabajo –ninguna de ella sabe de la otra– aparecen de cuando en cuando por los alrededores del solar donde trabajaron más de doce años sin saber cómo llegaron allí. Dicen que despiertan “como de un ataque de hipnotismo”.
Fundamental la página 88. Transcribir.
Guillermo Rendueles. “En otros trabajos sobre la crisis industrial en Asturias he justificado mi preferencia por los métodos de investigación basados en la memoria oral, en la investigación participante frente a los métodos de encuesta o los registros médico-administrativos, por su superioridad analítica. Los intentos de reducir los fenómenos colectivos a datos individuales generan una enorme pérdida de información, muy especialmente cuando se pretende cuantificar los sufrimientos producidos por una crisis social sumando parámetros indirectos obtenidos en los dispensarios de asistencia social o salud mental. Sin ir más lejos, buena parte de estos valores pueden ser leídos en sentido contrario al tradicional: ¿por qué la ruptura matrimonial, que aumenta en todos los conflictos sociales, se interpreta como síntoma de estrés y no como liberación de una relación opresiva? En este sentido, el material en el que se basa el presente trabajo procede de dos fuentes distintas. De un lado, los casos observados desde un centro de salud mental al que llegan diversas ex trabajadoras de IKE que describen sus sufrimientos en términos de alteraciones psíquicas (por lo general, estas personas han sido remitidas a las consultas psiquiátricas desde diversas agencias sociales propensas a medicalizar y psicologizar los conflictos sociales). De otro lado, las historias de vida que he ido conociendo gracias a mi relación personal con algunos de los protagonistas del conflicto. Pero también he recurrido a fuentes difusas de saber común que circulan por la ciudad: rumores, relatos mitificados (un antidisturbios que contaba sus cuitas en nuestro consultorio decía: “Malas de verdad eran las de IKE; venían con agujas y nos pinchaban en la barriga”) e incluso calumnias interesadas (“ahora las cabecillas son ricas”) que me han permitido entender el conflicto como una polifonía de relatos.”
Leyendo Vecinos del Gurugú. Sus problemas y formas de organización (Colectivo IOE, 1991).
Gurugú (27). (En este estudio las preocupaciones están relacionadas con el trabajo precario y el paro. Podríamos hacer la película del 92 en Badajoz y tendría más sentido, ojo. Sigo leyendo (30), hablan de la construcción, el impago de horas extra, etc. Eso sí pasa ahora. Las dificultades que encuentro, los desajustes en el proyecto, son los habituales cuando uno profundiza en la documentación.)
(32) “Lo que se empezó planteando como problema de correlación de fuerzas entre empleados y empresarios, en que estos últimos llevaban normalmente las de ganar, se acaba convirtiendo en un defecto moral del pueblo extremeño, que además sirve para explicar el retraso de Extremadura en relación a otras regiones”.
(33) (El discurso del optimismo. Importantísimo. Se confía en el progreso como si fuese una ley natural. Eso es del 92 pero también de ahora.) “El objetivo de las reinvindicaciones no es ya poner en cuestión el sistema capitalista, la propiedad privada o cosas por el estilo sino simplemente lograr que se cumplan los contratos firmados, la legislación laboral existente y los convenios del sector.
“Los sindicatos no son percibidos como movimientos populares de los que los trabajadores forman parte sino más bien como gestores de la legislación laboral existente”.
(34) “Se aprecia una profunda desconexión entre los sectores más precarizados y los representantes sindicales y políticos, que no representan los intereses de aquellos”. (Los sindicatos, ya en 1991, solo defienden a trabajadores estables.)
En el 91 “la acumulación de capital y la creación de riqueza se han realizado generando una permanente reproducción de las desigualdades en todos los ámbitos de la vida social”.
(35) “Lo que se presenta a los habitantes de las comarcas y barrios marginados como “el coste necesario para integrarse en Europa” no es más que el resultado de imponer una determinada concepción del desarrollo económico y social que prima la lógica del beneficio, el productivismo y la mercantilización creciente de la vida cotidiana sobre otros valores y formas de organización social”.

LUIS LÓPEZ CARRASCO
Nacido en 1981 en Murcia, López Carrasco es una de las voces principales del cine español de los últimos años, además de escritor y artista visual. En 2008 fundó el Colectivo Los Hijos junto a Javier Fernández Vázquez y Natalia Marín. El primer largometraje del colectivo, Los materiales, ganó el premio Jean Vigo a la mejor dirección de Punto de Vista y la Mención Especial del Jurado de FiD Marseille en 2010. El futuro, su primer largometraje en solitario, fue estrenado en el Festival de Locarno 2013, seleccionado en más de cincuenta festivales (entre ellos Sevilla) y premiado en BAFICI y Lima Independiente, entre otros. Es coproductor de True Love (2011) y Sueñan los androides (2014), de Ion de Sosa, y productor ejecutivo de Nuestra amiga la luna (Velasco Broca, 2016). Su cortometraje ALIENS se estrenó en Locarno 2017 y fue premiado en Kosovo, FIDOCS, Cinespagna Toulouse y FICA 2017. Su último film, El año del descubrimiento, fue estrenado en Rotterdam.